Gracias a Dios te conoci
Yo no sé si Dios se mete en estas cosas, pero si fue Él el que te puso en mi camino, entonces gracias. Gracias por hacer que todo duela un poco menos, por aparecer justo cuando pensé que ya no había más ganas, por hacerme ver que el amor no tiene que ser guerra ni desgaste, que a veces simplemente es.
Porque antes de vos, el amor era otra cosa para mí. Era lucha, era duda, era insomnio, era esperar respuestas que nunca llegaban, mensajes que se quedaban en visto, silencios que dolían más que las palabras. El amor me había cansado, me había desgastado, me había convertido en alguien que miraba todo con desconfianza, que ya no creía en las promesas ni en los comienzos lindos porque siempre terminaban igual.
Y entonces llegaste vos. Sin avisar, sin tanto ruido, sin grandilocuencias. Llegaste vos con tu risa que me afloja hasta los días más duros, con esa forma de hablar como si todo tuviera solución, con esos abrazos que no son para sostenerme, sino para recordarme que no tengo que sostener todo solo. Llegaste vos con la paciencia que nadie tuvo conmigo, con la simpleza de quien no tiene miedo a querer bien, con la certeza de alguien que sabe lo que vale y lo que quiere.
Gracias porque con vos entendí que el amor no es rogar, no es correr atrás, no es quedarse esperando que el otro tenga ganas. Con vos todo se dio fácil, sin vueltas, sin promesas vacías, sin juegos pelotudos de “quién escribe primero”. No tuve que convencerte de quedarte, no tuve que cambiar para que me elijas, no tuve que ser menos para que vos fueras más.
Y gracias, sobre todo, porque me recordaste que todavía puedo sentir así. Que después de tanto desgaste, de tantas historias mal cerradas, todavía tengo un corazón que late fuerte cuando aparece alguien que realmente vale la pena. Me recordaste que amar no es perderse en el otro, sino encontrarse.
Si fue Dios, el universo, el azar o la vida que se apiadó de mí… no sé. Pero qué suerte la mía que te puso en mi camino. Y qué suerte la tuya también, porque cuando el amor es así de lindo, siempre es de los dos.
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