Empece a amarme mas a mi
Un día me miré al espejo y no me reconocí.
No porque hubiera cambiado físicamente, sino porque en mis ojos ya no estaba yo.
Estaban mis ganas de encajar, mi miedo a perder a alguien, mi esfuerzo por hacer feliz a quien ni siquiera se preguntaba si yo estaba bien.
Y ahí entendí que hacía rato que me tenía en segundo plano.
Empecé a amarme más a mí.
No de un día para el otro, no con frases de autoayuda pegadas en la heladera, sino con pequeñas decisiones.
Como dejar de responder mensajes que no me sumaban,
como dejar de esperar a quien nunca llegaba,
como darme cuenta de que merecía lo mismo que siempre estuve dispuesto a dar.
Empecé a amarme más a mí.
Y no fue egoísmo, fue supervivencia.
Porque me di cuenta de que siempre estaba ahí para todos, menos para mí.
Porque entendí que nadie me iba a rescatar si yo no me rescataba primero.
Porque aprendí que el amor propio no es un premio que alguien te tiene que dar,
es la base para no volver a perderte en alguien más.
Comentarios
Publicar un comentario