Cuando me miras

 Cuando me mirás, todo se frena. Es como si el mundo entero apretara pausa, como si el ruido de la calle, las bocinas, el quilombo en mi cabeza, todo, desapareciera. Y no sé qué tiene tu mirada, pero es como un refugio. Una tregua en medio de la guerra que a veces soy yo mismo.

Tenés esos ojos que me desarman, que me hacen sentir chiquito, pero de la mejor manera. Porque cuando me mirás, no me juzgás. Me ves entero, con todo lo bueno, con todo lo roto. Y me querés igual.

Cuando me mirás, me acuerdo de por qué estoy acá. Porque hay días en los que dudo, en los que no sé para dónde ir, pero después me cruzo con esos ojos tuyos y todo cobra sentido. Es como si el amor, ese que siempre pintan como complicado, con vos fuera la cosa más simple del mundo.

No sé si te diste cuenta, pero cuando me mirás, me hacés querer ser mejor. No para gustarte más, sino porque me mostraste que puedo ser más. Que puedo ser feliz, aunque a veces cueste.

Cuando me mirás y te reís de esas cosas que yo ni sabía que eran graciosas, me doy cuenta de que en esos momentos está la felicidad. En lo simple. En vos.

Y capaz no lo diga lo suficiente, capaz no lo sepa explicar como quiero, pero cuando me mirás, me siento en casa.

Porque tu mirada, aunque no diga una palabra, me lo dice todo.

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