Odio los recuerdos de Facebook

 No me jodas, Facebook. No me mandés esas notificaciones de “hace un año” o “mira esta memoria”. No quiero mirar, no quiero saber, no quiero recordar. No me interesa saber lo feliz que era en 2017 o lo ciego que estaba en 2020. Los recuerdos no son siempre lindos, ¿entendés? A veces son un anzuelo que te pesca justo cuando estás tranquilo.

De repente, estoy tomando un café y ¡ping!, notificación de Facebook. "Recordá este momento". ¿Para qué, hermano? ¿Para qué? Para acordarme de lo bien que la pasaba con alguien que ya no está. Para ver mi cara sonriente en una foto donde no sabía lo que se venía después. Gracias por nada, Zuckerberg.

Ojo, cuando son fotos de un asado con los pibes, todo bien. Pero cuando aparecen esas fotos donde estabas con "esa persona"… no, esas fotos son puñales. Porque en ese momento creías que todo estaba bien, ¿y ahora qué? Ahora estás solo mirando la foto con cara de boludo. Ni siquiera podés disfrutarla porque la memoria ya no es la misma. Lo que en ese momento fue felicidad, ahora se siente como una joda cósmica.

Lo peor es que no hay botón de "no quiero recordar esto". Podés ocultarlo, sí, pero ya está, ya lo viste. Ya te acordaste, ya te dolió. Es como cuando te dicen "no pienses en un elefante rosa" y, ¡pum!, elefante rosa en la cabeza. Gracias de nuevo, Facebook.

Y no me vengas con eso de "pero son parte de tu historia". Sí, ya sé. No hace falta que me lo recuerdes cada 5 minutos. Ya tengo suficiente con mi cabeza dándome vueltas cada vez que paso por esa esquina, cada vez que escucho esa canción, cada vez que alguien menciona su nombre. No necesito que, encima, una aplicación me lo tire en la cara con glitter y emojis.

Capaz a alguno le gusta eso de los recuerdos, ¿viste? Capaz hay gente que se pone nostálgica y dice “ay, mirá, ese día fuimos a la playa”. Bueno, yo no soy esa gente. A mí no me sirve la nostalgia, me ancla, me arrastra para atrás. Prefiero avanzar, prefiero que me dejen en paz con mis fotos viejas.

Pero no, ahí está Facebook, todos los días con su "recordá este momento". ¿Y si no quiero? ¿Y si no tengo ganas de abrir la puerta a todo lo que ya cerré con esfuerzo? Porque eso no te lo dicen, que cerrar etapas cuesta un huevo y medio. Y cuando al fin lográs cerrar la puerta, ¡pum!, ahí está Facebook tirándote piedritas en la ventana.

Así que, no, no quiero ver tus recuerdos, no quiero ver lo que ya no está. Prefiero hacerme mis propios recuerdos, los de ahora, los de hoy. Porque esos, al menos, no me van a romper el corazón de acá a un año. Eso espero. Y si pasa, bueno, al menos será una sorpresa, no una notificación.

Comentarios

Entradas populares