WhatsApps de un solo tilde
Quedaron mis mensajes con “un solo tilde”,
ahí, flotando en la pantalla del teléfono,
como un rastro de lo que alguna vez fue
una conversación que creí eterna.
Te escribí después de cada pelea,
con esa esperanza tonta de que todo se resolvería,
pero ahora, los textos sin respuesta
son solo ecos de un cariño que se apagó.
El último mensaje, el que no llegaste a ver,
se quedó atrapado entre el azul de “visto”
y el gris de “bloqueado”,
como una promesa rota, como un final sin final.
Cada intento de hablar, cada pregunta sin respuesta,
es como lanzar un mensaje al vacío.
Mientras la “tilde sola” sigue sin cambiar,
y yo sigo acá, esperando algo que nunca va a llegar.
La notificación sigue ahí, sin el alivio del “visto”,
como una herida abierta que no termina de cicatrizar.
Pero sé que al final, el silencio también es una respuesta,
y que mis palabras, aunque no lleguen, ya tienen su lugar.
Ilustracion: @cosasdelkevin
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