Tengo dos amigas nuevas, Depresion y Ansiedad

Tengo dos amigas que siempre están cerca,  

Depresión y Ansiedad.  

Depresión es la que llega en silencio,  

como una niebla densa que se instala  

en cada rincón de mi mente.  

Es la amiga que me arrastra hacia abajo,  

que convierte las horas en un interminable gris,  

y me hace sentir que el mundo está apagado,  

como si todo estuviera descolorido y lejano.

Depresión es la que me susurra  

que no hay mucho sentido en luchar,  

que el esfuerzo es en vano,  

y que lo mejor es quedarme en la cama  

con las cortinas cerradas.  

Es la amiga que no pregunta,  

que no necesita palabras para hacerme sentir  

que estoy solo en un pozo sin fondo.

Luego está Ansiedad,  

la que siempre está en movimiento,  

como una mariposa inquieta que no deja de revolotear.  

Ansiedad es la amiga que te despierta a las 3 AM,  

con una lista interminable de preocupaciones,  

la que convierte lo desconocido en un monstruo  

y te hace dudar de cada decisión,  

de cada paso que das.

Ansiedad es la que te hace temblar  

antes de una reunión,  

la que te empuja a repasar mil veces  

lo que dijiste o no dijiste.  

Es la amiga que convierte la incertidumbre  

en un miedo constante,  

y te hace sentir que todo está fuera de control,  

aunque en realidad, nada esté sucediendo.

A veces, cuando estoy con ellas,  

parece que el tiempo se detiene  

y la vida se vuelve una serie de momentos  

en que todo se siente demasiado.  

Pero también, en el fondo,  

hay un pequeño resquicio de esperanza,  

un intento de encontrar un equilibrio  

entre sus presencias abrumadoras y el deseo  

de seguir adelante.

Porque, a pesar de que Depresión y Ansiedad  

siempre están a mi lado,  

también estoy aprendiendo a reconocer  

que son solo parte de la historia,  

que, aunque a veces me sumerjan en la oscuridad,  

también hay destellos de luz  

en la vida cotidiana.  

Es en esos momentos  

cuando encuentro el coraje para buscar ayuda,  

para hablar sobre lo que siento,  

y para recordar que, incluso con ellas a mi lado,  

siempre hay un camino hacia la esperanza  

y la posibilidad de un nuevo amanecer.