Me dijiste "siempre"
Dijiste que siempre estarías, pero lo que realmente querías decir era 'hasta que me canse'. Prometiste eternidad, pero la eternidad se acabó en el instante en que decidiste irte. Las palabras son fáciles; los hechos, dolorosamente difíciles.
Cuando decis 'siempre', lo que realmente ofreces es un sueño compartido. Pero los sueños se desvanecen y se rompen, como lo hizo tu promesa. Y ahora, estoy aca, tratando de reconstruir lo que quedó de tu 'siempre'.
Que te fueras no solo desnudó la verdad, sino que me obligó a enfrentarla. La realidad es que las promesas están hechas de aire y las acciones, de carne. Tu 'siempre' se desmoronó, y en su lugar quedó el peso de la verdad: no eras eterna, solo humana. Y yo, en mi dolor, aprendí que la verdadera fortaleza no está en esperar promesas vacías, sino en reconstruir mi propia vida a pesar de la ausencia de las tuyas."
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