Las reglas del juego: o te subis al tren o te quedas en la estacion miserere

 El amor es un juego, pero no el tipo de juego que te enseñaron en la escuela, con reglas claras y una tabla de puntuaciones. No, este es un juego sin manual de instrucciones y sin árbitro que te diga cuándo hiciste una falta. Así que, si te lanzas al ruedo, prepárate para las sorpresas.

Primero, ¿qué es lo que estás buscando realmente? Si tu respuesta es “la felicidad eterna” o “el compañero perfecto”, lamento decirte que estás en el tren equivocado. El amor no es como lo ves en las películas, es una fantasía de dos horas con un final feliz y créditos rodantes. La vida real es más como una serie sin fin, con episodios de drama, comedia y, a veces, una mezcla de ambos que te deja preguntándote qué carajos acaba de pasar. Deja de buscar el amor en los lugares donde nunca estuvo. Sí, es tentador creer que la próxima relación va a ser la correcta, el próximo beso el que te haga sentir completo. Pero, en realidad, estás jugando con fuego si seguís pensando que alguien más puede arreglar tu vida.

¿Y qué pasa si te encontras en una relación que te está haciendo más daño que bien? Bueno, la respuesta puede ser dura, pero es necesaria. Como dijo el gran Gabriel Rolón, "no te aferres a algo solo porque tienes miedo de estar solo". La soledad es incómoda, lo sé. Pero a veces, es la mejor compañía que podes tener mientras te redescubrís a vos mismo.

Y acá esta el truco: en lugar de esperar a que alguien venga a salvarte o a cambiar tu vida, convertite en tu propio héroe. Aprende a disfrutar de tu propia compañía, a valorar lo que sos y lo que tenés. Si haces eso, vas a atraer a alguien que realmente pueda sumar a tu vida en lugar de restar.

Así que, en resumen, deja de jugar a la ruleta del amor esperando que cada giro sea el ganador. Reconocé que el amor verdadero no es cuestión de suerte, sino de preparación, autoconocimiento y, sí, un poco de coraje. Si te lanzas al juego con los ojos bien abiertos y el corazón en su sitio, encontrarás que, al final, el premio no es otro ser humano, sino una versión más auténtica y feliz de vos mismo.

Comentarios

Entradas populares