El amor cuando es de verdad, se siente como volver a casa

 

No te confundas, el amor no es ese drama constante que te enseñaron en las películas. El amor no es esa angustia que te mantiene despierto en la madrugada, preguntándote si te quieren tanto como vos a ellos. No, el amor de verdad es mucho más simple, más puro. Es esa sensación de paz que te invade cuando sabés que, pase lo que pase, hay alguien ahí para vos.

Cuando encontrás un amor de esos, lo sabés. No hay dudas, no hay miedos. Es como si de repente todo encajara, como si el mundo dejara de ser un lugar tan hostil. Ese amor te da fuerza, te hace querer ser mejor, no porque sientas que tenés que cambiar, sino porque al lado de esa persona, todo parece posible.

Es un amor que no necesita palabras grandilocuentes ni promesas eternas. Es un amor que se construye en los pequeños gestos, en las miradas cómplices, en los silencios que no incomodan. Es saber que estás bien solo, pero que con esa persona, la vida tiene un sabor distinto, más dulce, más lleno.

Y sí, hay días malos, porque el amor no es perfecto. Pero en esos días, en lugar de alejarse, se quedan. Se quedan y te sostienen, te escuchan, te acompañan en la tormenta, y de a poco, te devuelven la calma. Porque el amor real no huye ante el primer problema, sino que se aferra, se fortalece, crece.

Así que cuando lo encuentres, no lo dejes ir. aliméntalo, cuídalo, y deja que te transforme. Porque ese tipo de amor, el que te hace sentir en casa, es el que vale la pena. Y cuando lo tenés, te das cuenta de que todo lo anterior, todas las lágrimas y los tropiezos, eran sólo el camino que tenías que recorrer para llegar hasta ahí.

Comentarios

Entradas populares